2019/07/28

La paradoja del microscopio

Creo que cuanto más profundizo en el análisis de algo menos lo entiendo. 

Casi resulta un chiste el hecho de que al pensar cómo pierdo la perspectiva al profundizar en una idea, me quedo absorto e incapaz de conectar con la realidad que me rodea. Pero me abruma darme cuenta de la cantidad de realidades que existen conviviendo al tiempo, todas supeditadas a la lente por la que son observadas y la incomunicación que provoca esa gran diferencia. Jamás nadie podrá entender lo que siento porque nadie siente de la misma forma que yo, igual que nunca sentiré como siente el resto. Es como la diferencia entre un biólogo especializado en aves y un aficionado a fotografiarlas, aunque estudien el mismo espécimen, el primero se centrará en cómo evolucionó y el segundo en la belleza que desprende al alzar el vuelo. 

Es como cada día que vivo, dónde yo veo un mundo cruel dispuesto a destruirme y el resto solo ve la supuesta realidad

Wubba Lubba Dub Dub

Sonrie, que el objetivo de esa cámara no capte la verdad; haz un chiste, rellena ese silencio que evidencia tu vacío; se ingenioso e interpreta esta mentira porque la verdad es tan triste que casi resulta insoportable. Eres un muñeco roto, si, pero aún eres capaz de seguir el guión de forma rigurosa como el primer día. Eres el protagonista de esta sitcom y no hay lugar para el dolor.

¿Pero que hay tras el telón una vez que cae? ¿Qué queda tras esta carcasa que se resquebraja por momentos en la soledad del camerino? Soledad y vacío existencial es lo que tienes para compartir tras la función, y entonces, ¿Quién escuchará tus gritos de auxilio? ¿Quién se hará cargo de las ruinas que quedan tras la batalla que supone parecer feliz? Nadie, solo tú y tu dolor