2015/02/18

Samsara

Para poder avanzar hay que morir. El problema reside en que el cuerpo y la mente están diseñados para vivir y de ahí la resistencia. Porque la sentimos como una derrota, aunque sepamos no que no es así, que esta bien y ha llegado la hora, la seguimos sintiendo como un fracaso. Este ciclo es eterno y, cómo el ave fénix, una vez muertos renacemos de nuestras cenizas para volver a crecer y volver a morir. No creo que haya forma de escapar salvo estancarse agonizando por miedo a lo que vendrá. La muerte es parte de la vida, y no hay que temer a la vida. Y, sin embargo, aquí estoy yo evitando pasar a la siguiente fase de esta rueda de reencarnación.

2015/02/14

Honestidad

Voy a tratar de no edulcorar mi realidad. Mi día a día me resulta tan nocivo y turbio que me siento incapaz de vera dos palmos más allá de mi nariz.

Es todo tan doloroso... Hay ocasiones en las cuales, incluso, soy incapaz de mirarme en un espejo sn que esto me provoque arcadas, Es por mi autoaversión, nacida de la falta de confianza y el desconocimiento de mi alma. Cada instante es una lucha contra mi mismo por no dejarme caer, ni siquiera tengo ganas de relacionarme con el mundo en ninguna de sus facetas. El único motivo por el cual no he acabado con mi vida es la brutal rebeldía que me acompaña desde que tengo uso de razón.

A diario me flagelo por sentirme indigno de amor y/o respeto, ya que nunca sentí nada parecido por parte de mis padres. Soy impermeable a todo lo hermoso o medianamente positivo que se diga sobre mi persona, ya que la visión que tengo de mi mismo está completamente distorsionada. Hasta he llegado a desear que muchas muestras de cariño, sino todas, fuesen en realidad un desprecio o insulto, ya que me duele menos una agresión frontal que un gesto de cariño desinteresado.

Y es que no puedo evitar verme como un subproducto, un ejemplo claro del fracaso educativo, una advertencia para aquellos críos que decidan seguir su propia senda, una bala perdida en un mundo que no es capaz de asumir la existencia de alguien como yo.

Pero me da igual lo jodido o contraproducente que sea, comprendo el porqué mis padres me educaron y ejemplificaron de forma tan nefasta. Nadie les enseño como educar a sus hijos para que creciesen como individuos sanos y, mucho menos, a un niño tan sensible o perceptivo como pude ser yo.

Lo terrible de esto es que comprenderlo no me vale ni para tomar por culo pues ahora me toca a mí hacer el trabajo que dejaron a medias y enseñarme a conocer mi esencia, asumir las circunstancias de mi evolución desde que tengo memoria, aprender a quererme y respetarme de la manera que merezco, romper la armadura que construí para sobrevivir a este entorno cáustico de incomprensión y rechazo, desarrollar métodos para alimentar mi creatividad innata y encausar mi jodido potencial que desproporcionado parece ser.

Pero todo eso no es la pero parte, ojala fuese así. Lo más horroroso de todo es que para poder cubrir esas necesidades, tan básicas y complejas en si mismas, he de librarme de toda la mierda que se ha ido acumulando a lo largo y ancho de todo mi puto árbol genealógico desde que el mundo es mundo. Porque soy como soy y porque mi único objetivo, por lejano e improbable que lo sienta, es sentir lo que es ser feliz en mis propias carnes. He tomado la decisión de acabar con esta maldita herencia de sufrimiento pese a quien pese y caiga quien caiga,

Ahora, acompañado de mis vacíos, ambivalencias, inseguridades y la poca fuerza que soy capaz de albergar, me embarco en este viaje de crecimiento hacia mi propio centro. No va a ser un camino de rosas, pero la alternativa es peor que la muerte: ser mediocre y vivir escondido para poder pasar desapercibido siendo uno más.